Proibido A Capela se elabora con la uva de una viña de cerca de medio siglo en la que cohabitan un 10% de variedades blancas con un 90% de variedades tintas. Son los suelos pobres de esquistos del Douro Superior, y el desafío -porque Marcio es hombre de desafíos- es hacer un vino sin electricidad, porque no sólo se cultiva y se vendimia a mano, sino que el despalillado se hace también a mano, racimo a racimo, grano a grano. Se pisa con los pies en un lagar de cemento y fermenta durante 20 días. Se trasiega a barricas usadas para su afinamiento, y no con una bomba sino con cántaras. Para el embotellado se añade una mínima cantidad de azufre. Estamos ante un vino a capela y sin música, o al menos sin guitarra eléctrica, un vino fresco, en la fruta roja ácida y ciertamente desconcertante.
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