Llámennos optimistas, soñadores o utilicen el adjetivo que quieran, pero en Coalla nos negamos a seguir alimentando esa afirmación que tanto corre de boca en boca:
“los vinos generosos son los eternos desconocidos del patrimonio enológico mundial”
Porque ya no es así. Porque cada día nos encontramos con más personas (sí, por debajo de los 30 también) con ganas de bucear entre velos de flor, soleras y catavinos. Abogamos por el legendario mundo de los vinos generosos, vinos tradicionales andaluces, como bien los llama nuestro querido amigo Jesús Barquín, para englobar así los del Marco de Jerez y los del Marco Montilla-Moriles que, aunque con muchas similitudes, no se trata de lo mismo. Les explicamos, a grandes rasgos:
El vino de la zona de Montilla-Moriles no es técnicamente jerez, y no debe utilizarse este término para referirse a él. Hay unos 200km de distancia entre Jerez y Montilla y, aunque comparten suelos similares de albariza, en Jerez la variedad más representativa es la Palomino y en Montilla la Pedro Ximénez. Jerez tiene la influencia directa del mar, lo que hace que sus vinos sean más ligeros y salinos, y Montilla la del sol pegando en la tierra y en las uvas. A este clima seco y caluroso la Pedro Ximénez se adapta perfectamente ya que es una uva dulce y de piel muy fina, a partir de la cual se obtiene, indistintamente, toda la gama de vinos generosos: secos y dulces.
Lo que sí comparten ambas zonas son las nomenclaturas que utilizan, Finos, Olorosos, Amontillados, Palos Cortados y Dulces de Pedro Ximénez (PX). También el proceso de elaboración en ambas zonas es similar, aunque hay un par de diferencias clave:
En Montilla no hay adición de alcohol, son vinos sin encabezar, porque el alto contenido en azúcares de la variedad Pedro Ximénez permite que los finos en crianza biológica alcancen de forma natural los 15 grados de volumen de alcohol necesarios para el desarrollo de velo de flor.
A su vez, el clima seco y caluroso de los veranos permite el 'asoleado' previo, durante breves días, hasta la pasificación de los racimos para concentrar el azúcar y obtener los tradicionales PX, algo muy difícil en Jerez, de ahí el comercio tradicional autorizado de estos vinos hacia aquella otra noble zona vitivinícola.
Todo un mundo como leen, a caminar copa en mano, de diferencias y similitudes entre zonas y variedades.