No hace falta decir que los italianos se llevan la palma en lo que a pasta se refiere y tampoco era de extrañar que tras probar la Pasta de Negri, fuésemos a quedarnos prendados de su línea impecable y original, elaborada cerca de Dolomitas. La familia utiliza para sus mezclas el agua cristalina de manantiales alpinos, sémola y harina de producción biológica con moldes como los de antes, de bronce. Si a eso le añadimos aire puro, naturaleza salvaje y sensibilidad, tenemos el popurrí perfecto para que Coalla se interese.
Nos ofrecen ocho estilos diferentes: fusilli, maccheroni, spaghetti, conchiglie, pizzoccheri, lumaconi, caserecce y tagliolini y nos quedamos con todos, para convertir cada plato que se imaginen en pirotecnia, sin necesidad de llenar el plato de añadidos que oculten el sabor de la pasta. De la buena pasta.
Sémola de grano duro biológico
Maccheroni, caserecce, lumaconi o fusilli, ideales para platos que requieran pasta más dura como una ensalada fresca de verano, o un spaghetti delicioso sin necesidad de mucha compañía, ya que de por sí, tiene mucho sabor. Muy versátil, se la ofrecemos al natural, con cúrcuma de la India, pimiento verde italiano o tinta de calamar. Necesita unos 5/6 minutos de cocción para quedar firme, pero no dura.
Harina de grano sarraceno integral biológica
La mítica pasta grisácea Pizzocchero, procedente de Valtelina, Lombardía, es una mezcla de sémola de grano duro italiano y harina de grano sarraceno integral que en Pasta Negri elaboran a mano. Conchiglie o pizzoccheri, llamadnos clásicos, pero no nos imaginamos mejor pasta para una cucharada de pesto. También tagliolini en versión “gluten free”. Necesita unos 11/12 minutos de cocción para quedar firme, pero no dura.
Español
English